La fórmula milagrosa para combatir el calor mientras duermes

Dulces sueños de verano: ¿quién no los desea? Pueden parecer idílicos en noches de calor abrasador, pero hay algunas maneras de intentar evitar la sensación de respirar el aire del desierto, y no, no se trata solo de quitarse la ropa o abrir la ventana para refrescar los sentidos.

Según algunos estudios, la temperatura ideal para dormir es de entre 16 y 21 grados Celsius. Por lo tanto, es normal que el insomnio nos abrume en una noche de verano cuando el termómetro sube excesivamente. Pero para superar estas noches agobiantes, empieza por cerrar las ventanas o cortinas para evitar que entre el calor con los rayos del sol. Así, por la noche, podrás acostarte sin sentirte como si acabaras de entrar en una sauna.

Siga también otros consejos importantes, a saber:

No entrenes por la noche para evitar que tu temperatura corporal aumente. Mejor haz ejercicio por la mañana.

Deja un balde de agua fría junto a tu cama y moja tus pies antes de acostarte. Esto regulará tu temperatura corporal al bajar la de una extremidad.

Elige fundas de almohada de algodón. Las fibras naturales permiten la circulación del aire y, en consecuencia, proporcionan una mayor sensación de frescura al dormir. Lo mismo ocurre con los pijamas.

¿Te apetece una ducha fría? Este consejo es tan predecible como efectivo. Pasar el cuerpo por agua fría (¡no tiene por qué estar helada!) hará que tu temperatura corporal baje, y el momento en que te metas en la cama será la culminación de la relajación.

Tener la cama para ti solo. La idea de tener a alguien que te caliente los pies es convincente, incluso en invierno. Recuerda que dormir solo te permite estirarte libremente, lo que ayuda a liberar el calor corporal.

Evita las bebidas alcohólicas y las comidas ricas en proteínas para que tu metabolismo no aumente, lo que también provocaría que tu temperatura corporal se eleve.

Si, después de seguir todos estos consejos, persiste la sensación de estar en Brasil, ponte una bolsa de plástico con cubitos de hielo o una compresa fría en las muñecas y el cuello. Sentirás un alivio inmediato y disfrutarás de un sueño más reparador y sin sudor.

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