Cuando están embarazadas y ocupadas, muchas mujeres se esfuerzan al máximo por cuidarse, pero saben que a veces es difícil lograrlo todo. El mundo de la maternidad no es todo color de rosa: después de todo, ¿qué es lo que nadie nos cuenta sobre el embarazo y el posparto? Hablamos con tres mujeres, de entre 25 y 30 años, que compartieron sus experiencias con la maternidad.
PATRICIA FONTE, 25 años, comercializadora visual
¿Cuándo te diste cuenta de que era el momento perfecto para ser madre?
Me di cuenta de esto desde muy pequeña. Siempre ha sido el sueño de mi vida. Imaginé cómo sería sentir el amor incomparable que une a una madre y a su hijo, y la magia de crear un ser que será nuestro para siempre. La mayor y mejor responsabilidad del mundo, para toda la vida.
Con una niña tan pequeña, ¿cómo gestionas su rutina diaria para que pueda cumplir con todas sus responsabilidades personales y profesionales?
Es un reto diario. Los niños pasan por diferentes etapas, por lo que las rutinas requieren una adaptación constante, lo cual no siempre es fácil. Pero lo más importante es que su vida diaria sea lo más sana y tranquila posible. Y con amor, todo se puede lograr.
La idea de que la maternidad es color de rosa no ha sido completamente desmentida. ¿Qué opinas al respecto?
Es fundamental comprender que el mundo de la maternidad tiene dos caras, una maravillosa y otra no tan buena. Para una mujer, todo lo que implica la maternidad implica un cambio enorme. Es importante decir la verdad, contar múltiples historias reales, sin miedo ni prejuicios.
Hay mucha presión sobre las madres para que luzcan como antes del parto. ¿Te ha pasado?
De hecho, es inevitable que esto no suceda. Se ha creado una imagen de la mujer ideal/perfecta, pero en realidad no existe. Creo que probablemente hay mujeres que pueden sentir con más intensidad que otras. En mi caso, recibí un apoyo excepcional de mi esposo, y quizás por eso pude superar esta etapa con más control.
¿Qué pasará con tu relación y el placer sexual con tu pareja después de ser madre? ¿Volverá a ser como antes?
Depende mucho de la pareja que tengamos a nuestro lado. Es un cambio muy intenso que requiere tiempo, espacio y mucha comprensión. Al principio, el bebé es el centro de atención, lo que acaba dejando la relación de pareja en un segundo plano. Pero es una fase inicial, es temporal; con el tiempo, todo vuelve a la normalidad. Lo mismo ocurre con la vuelta a la actividad sexual. Es perfectamente normal sentir cierta incomodidad y miedo; cada parto es diferente y, por lo tanto, cada mujer se toma su tiempo.
ANA DOMINGOS, 30 AÑOS, EMPRESARIA
¿Cuándo te diste cuenta de que era el momento perfecto para ser madre?
No recuerdo haber pensado en cuándo sería el momento ideal. Deseábamos vivir el presente y construir el futuro, pero nunca hablamos de fechas. No creo que exista un "momento perfecto". Es ideal cuando nos sentimos bien, compartimos el mismo deseo y estabilidad.
Con una niña tan pequeña, ¿cómo gestionas su rutina diaria para que pueda cumplir con todas sus responsabilidades personales y profesionales?
Durante los primeros meses, es muy común escuchar a las madres decir que no tienen tiempo para nada o que no han hecho nada en todo el día. Con el tiempo, me he dado cuenta de que no hay nada de cierto en estas afirmaciones. Tenemos el papel más maravilloso e importante del mundo, que para mí se resume en tres palabras: amar, cuidar y nutrir. Las madres somos expertas en noches de insomnio y expertas en dar abrazos y cariño. Mientras tanto, la ropa puede quedar colgada y el trabajo acumularse, puede que haya que lavar el pelo o que haya que ordenar la casa; de hecho, habrá días en los que parezca una misión imposible. Y ya está. No hay fórmulas ni teoremas. Cada día es un reto. Algunas nunca renunciaremos a encontrar el equilibrio; otras necesitarán un respiro. Y no pasa nada. Para mí, todo se reduce a una búsqueda constante del equilibrio.
La idea de que la maternidad es color de rosa no ha sido completamente desmentida. ¿Qué opinas al respecto?
Soy partidaria de hablar siempre de lo bueno y lo malo. Lo cierto es que, no hace mucho, a las mujeres no se les escuchaba mucho, no se les daba mucha importancia a sus sentimientos y se presionaba para que la maternidad fuera todo cosas buenas.
Hay mucha presión sobre las madres para que luzcan como antes del parto. ¿Te ha pasado?
No. Creo que todas terminamos pensando y teniendo expectativas sobre cómo será nuestro cuerpo después del parto, pero nunca he sentido presión. Debemos recordar: nuestro cuerpo tiene el poder de crear vida; la transforma y la lleva consigo. Es un verdadero hogar durante meses. Es muy importante darle tiempo, ser paciente y, sobre todo, confiar en el proceso.
¿Qué pasará con tu relación y el placer sexual con tu pareja después de ser madre? ¿Volverá a ser como antes?
Siempre hay inseguridades, por eso la pareja juega un papel fundamental durante todo el proceso. Es un camino de confianza. Al final, todo se intensifica y nada se pierde.
ANA RITA, 37 AÑOS, TÉCNICA AUDIOVISUAL
¿Cuándo te diste cuenta de que era el momento perfecto para ser madre?
Cuando tenía una relación relativamente estable, mi novio estaba dispuesto a tener un hijo. Siempre imaginé ser madre, pero quería que fuera fruto del amor, no de una aventura de una noche ni de una inseminación (posibilidades que se me pasaban por la cabeza si la primera opción no se materializaba). Si hubiera sido más joven, quizá habría esperado un poco más porque no llevábamos tanto tiempo saliendo, pero la edad también influyó. Así que fue una combinación de factores lo que llevó a que ahora sucediera. Y menos mal.
Con una niña tan pequeña, ¿cómo gestionas su rutina diaria para que pueda cumplir con todas sus responsabilidades personales y profesionales?
Al principio, pensé que era imposible volver a tener una vida normal. El primer mes es muy agotador y aterrador, pero poco a poco, las cosas se vuelven más fáciles y naturales. Es cuestión de hábito, y poco a poco, podemos hacer algunas cosas que solíamos hacer, ¡solo algunas! Algunas cosas nunca volverán a ser como antes... ahora, tenemos que elegir lo que realmente vale la pena, porque ya no podemos hacer todo lo que hacíamos antes. Es cuestión de prioridades. Tener a la familia cerca también ayuda mucho.
La idea de que la maternidad es color de rosa no ha sido completamente desmentida. ¿Qué opinas al respecto?
Confieso que me sentí engañada después de dar a luz. Nadie me dijo abiertamente lo doloroso y transformador que fue. Siento que hay una especie de conspiración para no arruinar el momento ni asustar a la futura madre. Como si no nos importaran las cosas desagradables... y luego tuviéramos que lidiar con todo a la vez: el parto, sus secuelas y un bebé que cuidar. Todo eso, en unas 12 horas. Más o menos. La expresión "1 horita" es el mayor fraude de todos los tiempos.
Hay mucha presión sobre las madres para que luzcan como antes del parto. ¿Te ha pasado?
No me sentía así. Solo quería ponerme en forma lo antes posible, intentando recuperar algo de mi yo anterior. Pero, una vez más, nada vuelve a ser como antes, ni siquiera mi cuerpo. Pero estoy bien con eso. Soy un poco diferente, pero bien. Es solo una novedad más en esta nueva vida.
¿Qué pasará con tu relación y el placer sexual con tu pareja después de ser madre? ¿Volverá a ser como antes?
La relación amorosa pasa a un segundo plano. ¡Y el placer, en la lista de prioridades, queda muy abajo! Hay tanto que hacer que es de lo último en lo que pensamos. A veces lo pensamos, pero preferimos dormir. Otras veces casi lo hacemos, pero el bebé llora. Hacerlo en la habitación con el bebé ahí también resulta un poco incómodo. Nos convertimos en un equipo más centrado en el cuidado del bebé que en cuidarnos mutuamente. De hecho, empezamos a discutir mucho más sobre quién tiene que hacer qué, quién hace más y quién menos, quién trabaja más, quién duerme menos... inevitablemente, siempre recae sobre la madre, y esta también era una realidad para la que no estaba preparada. Sabía que sería yo quien amamantaría, claro, pero no sabía que cuando el bebé llorara, solo yo lo oiría. Pensé que el padre también cambiaría un poco su vida, eso era lo de menos, después del trastorno que había sufrido la mía, pero la suya cambió poco, y a veces me sentía sola. No sentía el mismo compromiso por ambas partes. Ser madre es maravilloso, pero no es color de rosa. Sigo intentando adaptarme a todos los cambios, pero he oído que siempre será así... Un ajuste constante.