Espuma. Velas. Silencio. Los tres juntos, en un momento dedicado por completo a nosotros mismos. Un tiempo para nosotros que no queremos renunciar y que nos revitaliza de una manera incomparable. El momento que proponemos incluye precisamente eso y una bañera de vapor, perfecta para recargar energías.
Disfrutar de un baño caliente es una de las mejores experiencias que podemos tener en solitario. Pero ¿estamos aprovechando al máximo este momento relajante?
Crear un espacio sagrado y convertir nuestro baño diario en un ritual que reafirme nuestra positividad, desde adentro hacia afuera, honrando el regalo que es nuestro cuerpo, es verdaderamente importante. Y con los productos adecuados y algo de conocimiento, podemos disfrutar de los beneficios de una simple espuma.
Es crucial repensar nuestra rutina y hábitos. Por lo tanto, podemos elegir un aceite que hidrate la piel y aplicarlo por todo el cuerpo antes de ducharnos, en lugar de aplicarlo antes de exfoliarnos, ya que esto puede irritar la piel. Pero los consejos no terminan ahí. Sigue leyendo para descubrir cómo transformar por completo tu ducha.
Utilice un aceite para iluminar su piel y hacerla sentir más relajada .
El aceite de sésamo, que hidrata nuestra piel y previene el envejecimiento, puede ser nuestro mejor aliado. Solo necesitamos elegir un aceite sin perfume para usar después de la ducha y la exfoliación, dejándola nutrida y radiante. Este tipo de aceite es el único capaz de penetrar todas las capas de la piel.
Elige tu lista de reproducción favorita e ilumina el espacio .
Coge tu lista de reproducción favorita y añade música a tu ducha. Elige algo más tranquilo y calmado para relajarte. Pon velas y una iluminación tenue. Una iluminación más tenue puede ayudarte a establecer un mejor estado mental para liberarte del peso del mundo. Cuelga una rama fresca de eucalipto en la esquina de la ducha y deja que sus hojas liberen sus aceites esenciales para un momento de verdadera serenidad.
Preste atención a la temperatura del agua .
Además de estos pequeños pasos, también es importante alternar la temperatura del agua desde los pies hasta la barbilla durante cinco segundos, luego cambiarla por otros cinco segundos y repetir el proceso completo (caliente y fría) tres veces. El cambio de temperatura estimula la circulación sanguínea, lo que resulta en una piel más sana, estimula el drenaje linfático para eliminar la hinchazón y hace que la piel sea más porosa, facilitando la absorción de los productos aplicados después del baño.
Aunque la mayoría de la gente prefiere una ducha caliente, lo cierto es que una ducha fría ofrece otros beneficios, como un estado de ánimo revitalizado y una mejor calidad de la piel y el cabello. Después de este proceso, es hora de aplicar la loción corporal de su elección, ya que la piel está húmeda y cálida, lo que maximiza los resultados de su aplicación.
Sea cual sea tu rutina, hazla con rapidez y atención plena. Haz que este momento sea positivo para ti y para el medio ambiente. Mantente hidratado, tómate una taza de té y desconéctate del mundo para revitalizar tu espíritu.
