Puede que no tengan sentido y tengan orígenes extraños o inesperados, pero lo cierto es que, incluso hoy en día, muchas de ellas persisten. Las supersticiones están vinculadas a la creencia en fuerzas sobrenaturales y al deseo de influir en factores impredecibles y resolver incertidumbres. El espejo roto, el gato negro, el número 13: todos estos elementos forman parte de un conjunto de cosas que, si somos supersticiosos, evitaremos. Pero ¿cuál es la razón racional detrás de esto?
Los psicólogos han descubierto que las supersticiones se basan en la suposición de que existe una conexión entre eventos coexistentes y no relacionados. Muchas personas cruzan los dedos o recogen monedas porque creen que atraerán la buena suerte. Te hablaremos de cinco gestos que las personas supersticiosas no descuidan.
Pedir un deseo al soplar las velas de cumpleaños
¿Qué tienen que ver las velas en un pastel con la buena suerte? La tradición de colocar velas en los pasteles comenzó con los antiguos griegos, quienes horneaban pasteles para pedir un deseo a la diosa de la luna. Muchos creían que el humo que quedaba sobre la vela transmitía deseos a Dios al elevarse por el aire.
La tradición moderna de pedir un deseo e intentar apagar todas las velas de un pastel de cumpleaños a la vez proviene de estas supersticiones. Si logras hacerlo, tu deseo podría hacerse realidad y tendrás buena suerte el año que viene.
Cruza los dedos
No se sabe con certeza dónde surgió la idea de cruzar los dedos para atraer la buena suerte, pero existen dos teorías plausibles. Una explicación se basa en la creencia de que al simular un cruce con los dedos cruzados, se invoca a los buenos espíritus para que ayuden a cumplir un deseo.
Otra teoría nos dice que cuando una persona expresaba una intención, la otra colocaba un dedo sobre el suyo para apoyarla, haciendo más probable que el deseo se cumpliera, formando una cruz.
La gente también cruza los dedos cuando miente, quizás con la esperanza de tener suerte y no ser atrapada.
Enciende una vela o quema salvia en una casa nueva.
Muchos han adoptado la tradición de quemar salvia para purificar el hogar de la negatividad antes de comenzar una nueva vida. Simplemente añade salvia blanca a otras hierbas aromáticas, como la lavanda, y deja que arda como incienso. Encender una vela hermosa la primera noche en tu nuevo hogar también cumple este propósito.
Echar agua detrás de alguien
Según el folclore serbio, echar agua detrás de alguien es una excelente manera de desearle buena suerte. Dado que el agua en movimiento es fluida y suave, trae buena suerte a quien recibe el agua.
Tome un baño con sal gruesa para alejar el mal de ojo.
La sal gruesa, símbolo de pureza, no se pudre. Esta es una de las razones por las que se cree que tiene la capacidad de purificar el aura. En Oriente Medio, cuando dos personas cierran un trato, comen sal gruesa juntas; en África, es costumbre dejar un vaso de agua junto a otro de sal gruesa para purificar un nuevo hogar.
Se ha comprobado que el campo magnético creado por la sal neutraliza algunas ondas magnéticas negativas. Por eso, muchas personas creen que bañarse con sal gruesa renueva su energía, aportando una sensación de mayor ligereza al eliminar las cargas negativas presentes en su campo magnético.
Plantando un árbol para celebrar la boda
En los Países Bajos y Suiza, algunos recién casados plantan un pino fuera de su casa para atraer la buena suerte y la fertilidad a su matrimonio. Otras parejas incorporan árboles a su ceremonia nupcial, creyendo que traerán buena suerte y bendecirán su unión.