“Segundo Cerebro”: Descubre qué otro órgano influye en nuestro estado de ánimo

¿Nuestro cerebro está tomando el control de todo nuestro cuerpo? ¿Es solo responsable de controlar nuestra salud, nuestras funciones diarias y nuestras relaciones interpersonales?

Presta atención a lo que dice tu cuerpo

En realidad, la conexión entre mente y cuerpo en el universo femenino es considerablemente diferente a la del masculino. Existen diferencias estructurales y funcionales que, en última instancia, nos exponen a las mujeres a un mayor riesgo de desarrollar ansiedad, depresión e insomnio. Precisamente por todo esto, es imperativo que empecemos a prestar más atención a nuestro cuerpo y a todo lo que intenta comunicarnos.

Como centro de producción fundamental de todos los esfuerzos de nuestro cuerpo, el cerebro está íntimamente interconectado con todo nuestro organismo. Es precisamente esta interconexión la que es importante comprender mejor para que sea lo más saludable posible, guiada por una sincronicidad completa.

La conversación curativa

Metafóricamente hablando, nuestro intestino mantiene una especie de "conversación sanadora" con nuestro cerebro, mientras que nuestro corazón intenta controlarlo en situaciones de alto estrés . Y si la conexión cerebro-cuerpo se considera saludable, no sentiremos con tanta intensidad la tensión que generan las toxinas ambientales de la vida moderna.

En este contexto, urge una profunda conversación entre cuerpo y mente. Por lo tanto, debemos examinar objetivamente cómo se comunican nuestro intestino con nuestro cerebro.

Diversos estudios demuestran la relevancia de la relación entre el intestino y la salud humana, destacando la existencia de numerosos factores que desempeñan un papel fundamental en la formación de una microbiota intestinal sana. Si consumimos alimentos poco nutritivos, la microbiota se altera y todo nuestro cuerpo lo resiente. Según algunos expertos, curiosamente, estas repercusiones se extienden incluso a nuestra salud mental.

El segundo cerebro

Considerado por muchos como nuestro "segundo cerebro", el intestino es un área importante para el intercambio del cuerpo humano con su entorno. Si "somos lo que comemos", también somos lo que absorbemos, porque el intestino no se mantiene sano si los alimentos que consumimos no son saludables. Y si estas razones no son suficientes para explicar la verdadera importancia de este órgano, le espera una sorpresa: el intestino es donde se produce gran parte de la serotonina del cuerpo, el neurotransmisor responsable de regular el sueño, el estado de ánimo y las vías sensoriales del cuerpo.

¿Pueden las bacterias intestinales influir en el estado de ánimo?

Sí, según la revista estadounidense Psychology Today , las bacterias intestinales están vinculadas a nuestros pensamientos y diversos estados de salud mental. Se ha comprobado que existe una comunicación entre el intestino y el cerebro.

Las bacterias intestinales beneficiosas, o la ausencia de algunas no tan beneficiosas, pueden hacernos más resilientes a la depresión después de ciertos traumas. Sin embargo, no todas las personas que experimentan estrés desarrollan un trastorno del estado de ánimo, ni todas las personas que experimentan un trauma desarrollan depresión.

¿Qué podemos hacer?

Para mantener o restaurar la salud de estas bacterias y mantener una buena salud general, es importante mantener un tracto digestivo sano. El primer paso es seguir una dieta bien estructurada que incluya alimentos con ingredientes probióticos (verduras, hortalizas de hoja verde, yogur, etc.) que favorezcan la salud microbiana.

Salud intestinal y ansiedad

Dada la estrecha interacción entre el intestino y el cerebro, resulta más fácil comprender por qué a menudo experimentamos náuseas antes de una presentación o dolor intestinal durante períodos de intensa agitación mental. Sin embargo, esto no significa que las afecciones gastrointestinales funcionales sean algo "imaginario". Según Psychology Today , los factores psicológicos pueden afectar los movimientos y contracciones del tracto gastrointestinal. Numerosos estudios han demostrado que los enfoques psicológicos producen mejoras significativas en los síntomas digestivos en comparación con el tratamiento médico convencional por sí solo.

Por lo tanto, es evidente que existe una relación entre el cerebro y el intestino; entre la mente y el cuerpo. El organismo funciona como un todo. Y verlo así solo nos beneficia.

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