La procrastinación es el mayor enemigo de la productividad y nos impide desarrollar todo nuestro potencial en diversas áreas de la vida, haciéndonos sentir mal con nosotros mismos por perder el tiempo en tareas que no son prioritarias.
Según la revista estadounidense Psychology Today , todos posponemos ciertas cosas que necesitamos hacer, pero los mayores procrastinadores evitan las tareas difíciles y tienden a buscar distracciones deliberadamente.
De alguna manera, los procrastinadores son conscientes de sus acciones y las consecuencias, pero cambiar sus hábitos requiere incluso más esfuerzo que completar la tarea en cuestión.
¿Qué significa procrastinar?
Según Psychology Today, la procrastinación está vinculada a la impulsividad, lo que crea una dificultad general para regular nuestro propio comportamiento y puede significar simplemente elegir el placer en lugar de la disciplina.
Procrastinamos cuando nuestras acciones no van más allá de nuestras intenciones y posponemos una tarea para una más placentera. La procrastinación es sinónimo de procrastinación cuando no hay un plan para lo que se debe hacer, lo que puede generar sentimientos de culpa, estrés o pérdida de productividad.
Evitar tareas urgentes, a pesar de las consecuencias negativas, es una forma de procrastinación que, al igual que la pereza, representa falta de motivación. La diferencia radica en que, en el primer caso, existe la intención de completar el objetivo, pero también existe la decisión consciente de realizar otra acción.
Todos posponemos cosas, pero procrastinamos cuando creamos retrasos (en casa, en el trabajo, etc.) que afectan nuestra calidad de vida, retrasando prioridades y centrando toda nuestra atención en tareas más sencillas y menos exigentes.
¿Cómo dejar de procrastinar?
Es necesario comprender las razones que nos llevan a procrastinar antes de poder entender qué estrategias podemos usar para contrarrestar esta tendencia. Cada persona tiene diferentes motivos para posponer las cosas.
Algunas de las razones que nos llevan a la procrastinación son:
Consideremos que el reto es muy difícil y que, por tanto, no estamos a la altura;
Tener muchas decisiones que tomar;
Tiene dificultad para concentrarse;
Pasar demasiado tiempo en las redes sociales;
Déjalo todo para el final.
Una batalla entre el "yo presente" y el "yo futuro"
Según Jari Roomer, autor de varios artículos sobre productividad, tenemos dos versiones de nosotros mismos: el "yo futuro", que establece metas y visualiza resultados exitosos, y el "yo presente", que se encarga de hacer lo necesario. Cuando estas dos versiones no están alineadas, nos dejamos llevar por el placer momentáneo, a través de distracciones que nos hacen sentir bien en el momento.
Adopte una perspectiva más amplia.
Para dejar de sentirte mal por lo que has pospuesto (y finalmente tomar acción), el primer paso es adoptar una perspectiva más amplia. Analiza todo lo que tienes que hacer y cuestiona la importancia de cada tarea. Da un paso atrás y analiza si realmente necesitas tomar estas medidas o si ya no tienen mucho sentido.
Conócete a ti mismo.
Algunas personas trabajan mejor bajo presión (y a veces incluso obtienen mejores resultados que otras). Según Psychology Today, existen dos tipos de procrastinación: pasiva y activa. La procrastinación pasiva ocurre cuando nos distraemos, por ejemplo, navegando en redes sociales; la procrastinación activa, en cambio, es más estratégica y puede implicar una concentración intensa cerca de una fecha límite. La clave está en ser consciente de uno mismo para comprender si trabajar contrarreloj funciona o no.
Comprende la diferencia entre quién eres y lo que haces.
Creer que tu rendimiento está ligado a tu autoestima puede llevarte a procrastinar. Es crucial comprender la diferencia entre quién eres y la calidad de lo que haces. Aunque el perfeccionismo a menudo intente bloquearte, reconoce tu identidad en lo que logras y valora las características que te hacen único.
Crea tus propias estrategias.
Solo cuando dejamos de realizar una acción, deja de ser un hábito. Por lo tanto, es necesario crear estrategias que te ayuden a alcanzar tus objetivos y a lograr los mejores resultados posibles:
Empieza por las tareas más difíciles o desagradables para poder deshacerte de ellas lo antes posible y centrarte en actividades más placenteras;
Minimizar las distracciones;
Mírate a ti mismo de manera positiva y perdónate;
Date una recompensa cada vez que completes una tarea.
Fuentes: Psychology Today, MindTools y Jari Roomer