La atención plena es un tipo de meditación en la que el practicante centra su atención en el momento presente, vaciando la mente de pensamientos y facilitando el disfrute del presente. Pero más que una simple meditación, una actitud consciente es una forma de vivir (una que, una vez experimentada, nunca querrás abandonar). Prueba este estado mental y cuéntanos cómo te sentiste después. Aquí tienes cuatro maneras de practicar la atención plena .
Ejercicio de atención plena
Dar un paseo puede ser una excelente manera de practicar esta meditación, siempre y cuando te concentres en el momento presente. Al principio, puede que te cueste concentrarte, pero con el tiempo te sentirás como en un mundo flotante. Encuentra un ritmo entre tu respiración y tus pasos.
Respiración consciente
Concentrarse en la respiración requiere disciplina, y puede ser muy relajante. Para ello, colócate en una posición cómoda, observa tu respiración y, siempre que tu mente divague, oblígate a concentrarte de nuevo en ella.
Alimentación consciente
La comida es la base de nuestro bienestar. Cuidar de la comida que preparamos es un acto de bienestar personal y una forma de disfrutar el momento. Tómate tu tiempo al comer y saborea cada bocado.
Actitud de atención plena
El ejercicio, la respiración y la nutrición son los pilares de la atención plena , que se logra con práctica y paciencia. Para centrarte en ti mismo, presta atención a tres puntos:
No juzgues: A diario, hacemos juicios de valor inconscientemente. Con la mente despejada, el juicio genuino surgirá de forma natural y sin malicia.
Ten paciencia: No empezarás a adoptar una actitud consciente de la noche a la mañana. Lleva tiempo y requiere paciencia.
Déjalo fluir: Para vivir el momento, es importante dejar que las cosas sucedan y no forzar nada, ni siquiera esta nueva actitud hacia la vida.