Pan, leche, yogur, tazones de cereal azucarado, panqueques y/o café. Todos estos elementos conforman un desayuno prácticamente carente de nutrientes. ¿Y qué sería de nosotros y de nuestro cuerpo si nos atreviéramos a pasar el resto de nuestras vidas cediendo a pequeñas (o grandes) tentaciones?
El desayuno es una de las comidas más importantes del día. Su importancia radica en que, por la mañana, al despertar, necesitamos recuperarnos de nuestro ayuno de aproximadamente ocho horas, durante el cual nuestro cuerpo ha estado activo, consumiendo energía simultáneamente. Incluso durante la noche, el cuerpo continúa trabajando para mantener nuestro equilibrio interno mediante la respiración, el ritmo cardíaco y otras funciones. Entonces, ¿qué sucede si iniciamos nuestras actividades diarias sin proporcionarle a nuestro cuerpo toda la energía que necesita mediante un desayuno equilibrado y completo? Entramos en un proceso de privación que interrumpirá nuestro apetito durante el resto del día.
A veces, esta comida termina dependiendo del gluten, los lácteos, la avena y el maíz, elementos a los que muchos somos sensibles. Al elegir opciones menos saludables, se produce lo que muchos llaman una montaña rusa de calorías que estimulan el apetito y, en consecuencia, un aumento de peso.
La leche, el queso, el gluten y la harina blanca (considerada azúcar salada) son casi todo lo que debemos evitar, siendo mejor optar por huevos, frutas, frutos secos, proteínas, frutas deshidratadas, nueces y avena.
Nuestras vidas ajetreadas nos hacen anhelar soluciones más sencillas. Y a veces eso simplemente se traduce en tomar un café. ¿El resultado? Picos de energía y altibajos en nuestros niveles de ansiedad.
Empieza el día con un buen desayuno
El primer paso para empezar bien el día es un desayuno nutritivo, con grasas y proteínas saludables sin azúcares añadidos, trigo, gluten ni lácteos. Solo después de este punto de inflexión se notarán los resultados en el funcionamiento del cuerpo, según algunos nutricionistas.
Idealmente, esta primera comida debería adaptarse a tus preferencias dietéticas, apetito y nivel de actividad. Si sueles pasar más de una hora sin comer después de despertarte, es probable que te estés saltando esta comida. Esto puede tener un impacto drástico en tu energía y peso.
Podemos hacer muchas combinaciones saludables, pero es fundamental que siempre estén presentes tres nutrientes:
- Carbohidratos de absorción lenta, como los cereales integrales (avena, centeno, cebada, trigo integral, espelta, etc.) o el pan negro;
- Fuente de calcio y proteínas como yogur/queso o sus sustitutos de soja/almendras/sésamo/avena/etc.;
- Fruta fresca , llena de vitaminas.
Algunas sugerencias para un desayuno completo, saludable y sabroso:
- Leche desnatada o bebida de soja sin azúcares añadidos, con copos de avena integral cocidos (la mitad de leche) y con adición de frutos del bosque;
- Rebanadas de pan negro con ricotta , plátano y frutos rojos calentados, acompañados de una infusión de hierbas;
- Mezclado con una pieza de fruta, yogur lácteo bajo en grasa o leche de sésamo/almendras y un poco de avena integral para espesar (se le debe agregar canela para retardar la absorción del azúcar de la fruta).