¿Cuántas cosas otoñales esperamos con ilusión durante todo el año? ¿Podemos siquiera contarlas? Castañas asadas, bebidas calientes, nuevas colecciones de botas de nuestras marcas favoritas... todo esto y mucho más.
Esta es la época de renovación. La llegada del frío trae consigo cambios en la luz solar, temperaturas más bajas y, a veces, un ligero cambio en el estilo de vida. Y todos estos cambios pueden tener efectos tangibles en el cuerpo y la mente.
Todo en nuestro cuerpo —el equilibrio hormonal, los cambios de humor y los hábitos de sueño— puede verse afectado por los días más cortos y las noches más largas del otoño. Esta es también la época del año en la que perdemos algo de luz durante el día, especialmente después del cambio de hora, lo cual puede tener algunos efectos en nosotros.
Dormir en otoño
De todos los meses, octubre es el que más se duerme (un promedio de 2 a 7 horas extra por noche). Al menos, eso es lo que descubrieron investigadores de Harvard. Con la llegada del otoño, es normal que la gente empiece a querer dormir un poco más que en verano.
Esta condición se llama hipersomnia, que es exactamente lo opuesto al insomnio. Con días más cortos y noches más largas, nuestro ritmo circadiano (un ciclo de aproximadamente 24 horas durante el cual ocurren nuestros procesos biológicos, incluyendo todos los cambios físicos y mentales) se descontrola. Por esta razón, nuestro cuerpo necesita descansar el mayor tiempo posible.
¿Por qué ésta es la mejor época del año para dormir?
La respuesta más sencilla y directa es: iluminación ideal y clima perfecto.
El clima templado y la menor exposición solar proporcionan un descanso más placentero y reparador. A diferencia del invierno, donde el frío alcanza extremos, las temperaturas otoñales ayudan a aliviar la temperatura corporal y ambiental.
Para iniciar el sueño, nuestro cerebro baja su temperatura y, en la fase en la que entramos en descanso profundo, alcanza su temperatura más baja, proporcionando una mejor restauración para el cuerpo.
Los días más cortos y la menor exposición al sol influyen directamente en la producción de melatonina (la hormona responsable de regular los ciclos del sueño), ya que esta sustancia se produce al anochecer. Por lo tanto, a noches más largas, mayor cantidad de melanina se produce y, en consecuencia, mejor es la calidad del sueño.
Qué debes hacer para maximizar esta influencia estacional:
- Haga que el ambiente del dormitorio sea más relajante y cómodo;
- Mantenga un horario regular para acostarse y despertarse (para ayudar a su cuerpo a entender que después de cierta hora tiene que descansar);
- Guarde los dispositivos electrónicos una hora antes de acostarse;
- Presta atención a las señales de tu cuerpo y solo duerme cuando sientas que te lo pide. De lo contrario, dar vueltas en la cama se convertirá en algo habitual.
- Piensa en pensamientos positivos y, si es necesario, escucha un podcast relajante ;
- Intente tomar las gomitas Frederica To Sleep media hora antes de acostarse.