En el Nuestra vida tratamos de luchar para encontrar la paz interior, nos arrepentimos de los errores de En el pasado, luchamos con nuestras debilidades y nos preocupamos por el futuro. futuro. Buscamos, en una espiral sin fin, encontrar nuestro propósito en la vida. a través de un trabajo, una relación y el ocio. E incluso si tenemos la Con las mejores intenciones, sentimos que necesitamos un esfuerzo sobrehumano para Hacer de este mundo un lugar mejor.
Con la llegada de diciembre, recordamos que aún hay esperanza. Es Navidad, y por lo tanto, tiempo de compañía, unión y amor. Entre regalos, adornos y cocina, una cosa es segura: de una forma u otra, estaremos juntos, aunque sea a la distancia.
EL La verdad es que hemos llegado a una altura que nos toca el corazón. Sensibilidad, De la mano de un lado más despierto, más claro, más sentimental. voraces, terminan haciendo que suceda lo que más importa en la vida: Haz el bien y haz felices a los demás.
En este momento de alegría que es la Navidad, ¿qué tal si hacemos las paces con ese miembro? ¿De la familia con la que peleamos? ¿Qué tal una disculpa sincera? ¿Amigo del que nos aburrimos? ¿Qué tal el perdón como una forma clara y ¿absoluto?
La época festiva es la oportunidad ideal para la reconciliación, una oportunidad para celebrar la vida y agradecer el camino recorrido. Es hora de superar las diferencias entre nosotros y quienes nos rodean y restablecer la paz en nuestras relaciones interpersonales.
A menudo nos sentimos frustrados y enojados por los errores de los demás. Sin embargo, es importante comprender y asumir la responsabilidad de nuestras acciones antes de culpar a otros. Es cierto que no podemos controlar las acciones de los demás, pero también es cierto que somos deliberadamente responsables de las nuestras. Adopta una postura activa contra el resentimiento y sigue el camino de la humildad (aunque, en tu mente, el problema no sea tuyo).
Libérate de las heridas del pasado, perdona y sigue adelante. Porque incluso si la realidad... de los hechos no denota que sea tu culpa, la responsabilidad de continuar Se acabó lo amargo y permitir que abrume tus días.
¿Cómo sería tu vida si pudieras empezar de cero ahora mismo? Una página en blanco: sin culpa, sin arrepentimiento, sin amargura. Piénsalo y vive el presente.