¿Qué beneficios puede aportarnos una buena noche de sueño a nuestra salud? Esa es la pregunta que intentaremos responder hoy. Dormir las horas recomendadas —entre siete y nueve, según la OMS (Organización Mundial de la Salud)— es esencial para el correcto funcionamiento físico y mental de nuestro cuerpo. Toma nota de seis buenas razones para empezar el año durmiendo mejor.
Aumenta la inmunidad .
Según algunas investigaciones, se estima que las personas que duermen menos de siete horas tienen casi tres veces más probabilidades de resfriarse que quienes duermen al menos ocho horas. Si eres de los que se resfrían con cada ráfaga de viento, tu hora de dormir podría ser la culpable.
La falta prolongada de sueño puede alterar su sistema inmunológico, dejándolo menos capaz de defenderse contra las bacterias que lo rodean.
El sueño permite a nuestro cuerpo reparar los daños causados por el estrés , y es mientras dormimos que el cuerpo produce las proteínas encargadas de regenerar las células dañadas.
Ayuda a perder peso .
Dormir menos significa que tienes más probabilidades de subir de peso. Muchos estudios demuestran que las personas que duermen menos de siete horas por noche tienden a subir más de peso y tienen mayor riesgo de padecer obesidad que quienes duermen la cantidad recomendada. Si intentas bajar de peso, dormir bien es fundamental.
Menos horas de sueño pueden aumentar los niveles de grelina (la hormona encargada de estimular el apetito) en el cuerpo, y disminuir los niveles de leptina, que es la encargada de suprimir el apetito, haciendo que haya una mayor tendencia a tener un mayor apetito y una mayor ingesta de calorías.
Aumenta el bienestar mental .
Dado que una sola noche de insomnio puede volverte más irritable, no es de extrañar que la privación prolongada del sueño pueda provocar depresión o ansiedad. Además, dormir bien también puede ayudar a mejorar la memoria, ya que durante el sueño, el cuerpo descansa mientras el cerebro sigue trabajando, procesando la información del día y conectando los eventos, sentimientos y recuerdos que surgieron durante ese día.
La fase de sueño profundo es el momento más importante de nuestro descanso, para que el cuerpo entre en descanso profundo y el cerebro pueda procesar todos nuestros recuerdos y conexiones.
Previene la diabetes.
Estudios han demostrado que las personas que duermen menos de cinco horas tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes. Parece que la falta de sueño profundo puede aumentar la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 al alterar la forma en que el cuerpo procesa la glucosa, el carbohidrato de alto contenido energético que las células utilizan como combustible.
Excluye la hipótesis de enfermedad cardíaca.
La privación prolongada del sueño parece estar asociada con un aumento de la frecuencia cardíaca, un aumento de la presión arterial y niveles más elevados de ciertas sustancias químicas vinculadas a la inflamación, lo que puede suponer una tensión adicional para el corazón.
Aumenta la fertilidad.
Muchas parejas tienen dificultades para concebir bebés y la falta de sueño se cita como una de las principales causas, tanto en hombres como en mujeres.