El amor es una de las cosas más hermosas del universo; mueve el corazón de la humanidad a lo largo de este hermoso camino de la vida. Por eso, cuando hay una ruptura, cuando hay una separación, el sufrimiento también es proporcional a la belleza de experimentar este amor.
Y el corazón está destrozado y el alma vacía, como una noche fría en un invierno lluvioso. Este tema es difícil de abordar porque, de hecho, es muy doloroso. Dependiendo del grado de conexión que se haya tenido con la persona, puede ser similar al proceso de duelo.
Y, por supuesto, leer estos consejos no significa que olvidarás o sanarás esta profunda herida de golpe. Claro que no. Un corazón roto no sana así. Lleva tiempo. Pero ¿qué puedes hacer durante este tiempo que parece no pasar y duele tanto? No te vamos a enseñar nada. Solo te recordaremos que si cambias de perspectiva y aceptas algunas cosas, si tomas estos temas en cuenta, podrías sentirte un poco más ligero durante este momento difícil. Ese es el objetivo: ayudarte a afrontar este momento difícil de una manera menos dolorosa. Aquí tienes las sugerencias.
Dale tiempo.
Ten paciencia contigo misma. Es un cliché , pero es cierto: es un proceso. Él no se enamoró completamente en horas; tardó más días, así que el proceso inverso lleva tiempo. Es normal. No te castigues por ello. Acepta que todo este proceso lleva tiempo, pero ese tiempo acabará sanando muchas heridas. Piensa: «Es normal sentir dolor, está bien, pasará. Este sufrimiento no me define como persona». Respira hondo por la nariz y exhala, ya sea por la nariz o por la boca, hasta que sientas que no te queda más aire. E intenta relajarte lo máximo posible.
Acéptalo. No tienes que olvidar a esa persona de un momento a otro.
En algunas situaciones, una de las actitudes más vulgares, y obviamente comprensibles, es intentar que la mente olvide que esa persona existió. Solo que, diez minutos después, o un día después, la memoria la trae de vuelta. Y siempre será así, porque la memoria está ligada a nuestra supervivencia y no desaparece sin más. Intenta darte cuenta de que lo que quieres es olvidar o aliviar el dolor que te causa esa persona. Acepta que, aunque te haya roto el corazón, puede vivir cómodamente en el tesoro de las personas de tu vida. No te castigues por no haberla olvidado de la noche a la mañana. Esto, si tiene que suceder, ocurrirá con el tiempo. Piensa: «Puedes vivir cómodamente ahí, en mi mente, pero no te daré mucha importancia».
No estés solo
Pasar un tiempo a solas no es perjudicial. Sobre todo porque, en esta etapa, tu mente necesita un respiro de las opiniones ajenas. Pero no te excedas. Si estás solo demasiado tiempo, tu cerebro entrará en modo automático y te hará darle más vueltas al problema, aumentando la sensación de depresión. Contacta con amigos o familiares, que pueden escucharte si lo necesitas y hacerte reír. Evita estar solo o rodeado de personas propensas al drama durante esta etapa.
Realizar nuevas actividades.
Las nuevas actividades requieren un tipo diferente de atención y terminan desviando el foco del sufrimiento hacia un foco diferente, dándote tiempo para relajarte y dejar que el proceso de curación tenga lugar.
Recuerda lo bueno sin olvidar lo malo.
En estos momentos, también es muy normal que la gente recuerde más los buenos momentos. Sin embargo, en cierto modo, corres el riesgo de sobrevalorar a la persona que se fue y reforzar la sensación de que no puedes vivir sin ella. Todo esto es normal. Pero es perjudicial porque no es real. No queremos que empieces a ver a la persona como un monstruo, pero intenta recordar lo que no te gustó de ella. Intenta recordar lo que no iba bien.
No reemplaces inmediatamente un amor por otro.
Es fundamental, si puedes, conocer gente nueva, pero eso es diferente a empezar a salir con ella de inmediato. Ocultar tus sentimientos puede ayudarte a superar el dolor, pero quizá no sea lo ideal, ya que también puede enmascarar un amor que en realidad no sientes. Con el tiempo, este descubrimiento puede herirte aún más y no ayuda en el proceso. Por no hablar de herir a alguien que, mientras tanto, ha entrado en tu vida y que tampoco lo merece.
No descuides la parte física.
Es hora de cuidarte. Cuando tienes el corazón roto, te ves reflejado en un espejo enojado. En esta etapa, puede que te mires al espejo y pienses que eres la persona más fea del mundo porque, en realidad, siempre te preguntas si esa persona te dejó porque "ya no somos hermosos". Por lo tanto, no te descuides. Haz ejercicio, corre o camina (¡actividades súper antidepresivas!) y arréglate. Es muy importante que tus ojos te vean hermosa. Puede que no sea la panacea, pero puedes estar seguro de que ayuda.
Busque ayuda profesional.
¿Ha pasado un tiempo y aún tienes ganas de quedarte dormido, enterrarte entre las sábanas y no despertar nunca más? Es hora de dejar el orgullo a un lado y ser valiente. La valentía implica hablar con un terapeuta o psicólogo para que puedas obtener ayuda concreta para reestructurar tu yo emocional y superarte y vivir de nuevo. Unirse a grupos de autoayuda también es muy beneficioso. Busca algunos en línea y pruébalos. Hablar con personas que estén pasando por lo mismo que tú puede ser increíblemente útil.
¿Sabías que existe una teoría que dice que solo nos quedamos con quienes estamos destinados a estar? ¿Y que todos tenemos un propósito en la vida, especialmente quienes nos hicieron daño, que es ayudarnos a conocernos mejor y crecer? ¿Y que a veces un periodo de separación es importante para que la pareja madure más antes de volver? Así que, ¡sé fuerte! Todo estará bien.
Vanda do Nascimento es terapeuta, coach e instructora de mindfulness en la Escola de Mindfulness Essencial , fundada por ella en 2016. Comenzó su carrera como docente en 1997, graduándose en Pedagogía. Por esa misma época, también comenzó a estudiar Reiki, Meditación y Mindfulness. Posteriormente, estudió psicología y profundizó en el mindfulness para continuar su lucha por controlar el estrés y la ansiedad.