Para asegurar que tu piel absorba todo lo bueno, y nada de lo malo, durante el verano, es importante saber cómo aprovechar al máximo lo que ofrece el sol. ¿Sabías que la exposición al sol puede ayudarnos a dormir mejor? Se ha demostrado que cuando nos exponemos regularmente a la luz solar, nuestro cuerpo ajusta sus relojes internos para alinearse con el ciclo natural de la luz. En otras palabras, cuando está oscuro afuera, nuestro cerebro recibe señales de que es hora de dormir.
Por otro lado, la exposición solar prolongada y sin protección es la principal causa del envejecimiento prematuro y de cambios en la pigmentación de la piel, que pueden provocar manchas oscuras. Te contamos lo que necesitas saber para mantenerte feliz y saludable durante la temporada más soleada.
NO TODOS LOS PROTECTORES SOLARES SON IGUALES
Al elegir un protector solar, busque uno que contenga filtros para los rayos UVA y UVB. Los rayos UVB son una de las principales causas de quemaduras solares, mientras que los rayos UVA envejecen prematuramente la piel. Ambos contribuyen al cáncer de piel, por lo que es importante encontrar un producto que proteja contra ambos.
Incluso cuando no estés completamente expuesta a los rayos del sol, deberías usar una crema facial con FPS. Aplícala sobre la piel limpia para mantener los poros limpios y lávate bien la cara antes.
¿FPS 50 o FPS 30?
Según Medical News Today , el FPS 30 protege del 97 % de los rayos solares, mientras que el FPS 50 solo protege del 1 % adicional. Usar productos con FPS 50 puede generar una falsa sensación de seguridad, lo que provoca que se aplique con menos frecuencia o en la cantidad adecuada. Además, dado que tarda unos 20 minutos en absorberse por completo en la piel, es importante aplicarlo antes de salir de casa.
Reaplicar el protector solar a lo largo del día también es fundamental, ya que el sudor, el calor extremo y el contacto con el agua pueden diluirlo. Reaplica una capa cada dos horas para garantizar la máxima protección.
PROTECCIÓN DE ADENTRO HACIA AFUERA
Los flavonoides, compuestos que ayudan a proteger contra los posibles daños de los rayos UV, se encuentran en alimentos como el chocolate negro. Así que (¡buenas noticias!), puedes disfrutar de unas cuantas onzas para mantener tu cuerpo protegido, a la vez que optas por alimentos ricos en omega-3 (huevos, salmón, semillas de lino, etc.).