El final de una amistad siempre es doloroso. Ya sea porque se separaron o porque llegaron a un punto de inflexión diferente, esta ruptura puede generar sentimientos de ansiedad, tristeza y soledad. Más adelante, la vida te llevará a situaciones en las que normalmente contarías con la ayuda de tu amigo, y es este tipo de desafíos los que debes saber gestionar.
Romper una amistad que ya no es satisfactoria (o nunca lo fue) puede no ser fácil, pero puede ser el primer paso para vivir en alineación con tu verdadera esencia.
¿Cómo saber cuándo es el momento de dejar atrás una amistad?
Según Lalah Delia, mentora espiritual y autora de Vibra más alto a diario: Vive tu poder , a veces somos amigos de ciertas personas simplemente porque las conocemos desde hace mucho tiempo, porque estudiamos juntos o por conveniencia. Este tipo de contexto puede mantenernos en amistades que ya no nos sirven. Sin embargo, todo puede cambiar cuando empezamos a hacer nuestro trabajo de autodescubrimiento y sanación.
¿Cuál es la mejor manera de escaparse?
Esta separación debe hacerse con compasión y gratitud. Solo así se logrará el mejor resultado posible para todos los involucrados. Terminar amistades u otras relaciones abruptamente no siempre es lo correcto ni lo más justo para la otra persona, que puede sentirse perdida o confundida.
En cambio, podemos terminar las relaciones con compasión conversando con la persona, explicándole por qué tomamos la decisión de dejar su vida y escuchando su respuesta. De esta manera, ambos podrán seguir adelante con sus vidas sin resentimiento.
Cuando dejamos que otros sigan su camino, sin apego ni juicio, empezamos a desear genuinamente que no solo nosotros, sino también la otra persona, crezcan de ahora en adelante. Lo importante es llegar a un punto donde nos sintamos más cómodos con nuestra realidad.
¿Cuál es el primer paso hacia la curación personal después de que termina una amistad?
Tras dejar una amistad que ya no te llena, hay un periodo de adaptación, que depende de la profundidad de esa conexión. Dejar atrás una amistad puede dejarnos confundidos, por eso necesitamos encontrar nuestro equilibrio y redescubrir quiénes somos realmente sin esa persona o personas.
El período posterior a la ruptura de una amistad es un proceso de purificación, en el que purgamos las ideas, pensamientos, energía y vibraciones que cargábamos pero que no eran nuestras. Un ejemplo perfecto de estas cargas energéticas son las veces que solíamos hablar con un amigo en particular y estar de acuerdo con lo que decía, cuando en realidad no estábamos de acuerdo. Todo esto se convierte en parte de nosotros y, con el tiempo, se acumula y adquiere nuevas proporciones.
Las afirmaciones positivas son una excelente manera de facilitar esta transición. Alimentar tu mente con palabras e ideas que apoyen lo que deseas, en lugar de lo que no, puede ser clave para mejorar cualquier etapa de incertidumbre que estés atravesando. Intenta hacer esto antes de acostarte y al despertar (cuando tu mente se encuentra en un estado natural de éxtasis meditativo).
¿Cómo afrontar la soledad tras terminar una amistad importante?
Cuando terminamos una relación, nos adentramos en lo desconocido. No sabemos qué viene después, y eso puede ser aterrador.
Podemos practicar la visualización de que las cosas buenas eventualmente suceden. Así, liberaremos lo que no nos sirve porque haremos espacio para algo mejor. Lo que venga después reflejará nuestro crecimiento.
Este propósito superior, en el que visualizamos, sentimos y creemos en nuestra mejor realidad, atraerá positividad a nuestras vidas. Así es como funciona la manifestación.
Si estás pasando por este período de soledad, elige ver la soledad como un lugar de refugio, reconociéndola como algo esencial para encontrarte a ti mismo y dar tus próximos pasos.
¿Es necesario que todas las relaciones sean completamente satisfactorias para que valgan la pena?
Hay relaciones que podemos mantener sin pedir nada a cambio. A veces, como ciudadanos compasivos del mundo, tenemos el deber de dar espacio a ciertas personas en nuestras vidas, incluso si la relación no nos beneficia.
Es importante comprender que cuando alguien actúa mal con nosotros, puede que sea el dolor lo que lo impulsa. Si decimos "no" a todo lo que parece tóxico, no estamos practicando la compasión.
Cada uno hace lo mejor que puede, dada la situación en la que se encuentra. Usa tu discernimiento y sabiduría para comprender qué vale la pena hacer por los demás y por ti mismo.
Artículo traducido y adaptado por Goop.