La industria de la belleza contribuye significativamente a la crisis climática global. Nuestras rutinas de autocuidado e higiene siempre han formado parte de nuestras vidas, pero probablemente nunca te has parado a pensar que los productos que usamos para limpiarnos la cara o peinarnos pueden ser verdaderos enemigos del medio ambiente.
Afortunadamente, hoy en día es mucho más fácil buscar alternativas con ingredientes de origen sostenible y crear una rutina de cuidado de la piel y el cabello más ecológica.
¿Qué es la belleza sostenible?
Un producto o marca de belleza puede considerarse sostenible si considera la elección de ingredientes en su formulación, el proceso de producción, el empaque, el envío y la distribución, así como las opciones de reciclaje que ofrece, para minimizar el impacto ambiental. Si una marca contribuye a organizaciones y proyectos respetuosos con el medio ambiente, esto puede considerarse una práctica empresarial sostenible, de la misma manera que un producto sin ingredientes naturales o sin empaque ecológico puede contribuir al movimiento de sostenibilidad si cuenta con un programa de reciclaje.