Cómo honrar la historia de las mujeres y dejar atrás el patriarcado

Al celebrar el Día Internacional de la Igualdad de la Mujer (26 de agosto), es importante reflexionar sobre lo que nos ha traído hasta aquí. Después de todo, ¿por qué es importante la historia de las mujeres?

Dicen que quienes no conocen la historia están condenados a repetirla, pero en lugar de centrarnos en la opresión del pasado y en las mujeres cuyas vidas se vieron restringidas por creencias patriarcales, ¿qué tal si miramos todo lo que ya hemos logrado?

Al reflexionar sobre los fracasos y triunfos de las mujeres, también vemos cómo el patriarcado y las expectativas culturales en torno a la feminidad y la masculinidad siguen causando daño. No se trata solo de analizar la historia de las mujeres, sino también la historia de la humanidad.

EL PATRIARCADO

No podemos comprender nuestro pasado si ignoramos la experiencia, la perspectiva y la influencia de la mitad de la población. Al comprender la historia de las mujeres, sus luchas y sus éxitos, vemos los efectos del patriarcado, que continúa dañándonos y limitándonos.

El patriarcado es el gobierno o control del hombre sobre la mujer en la familia. Este dominio masculino puede incluir a padres, esposos, jefes y gobernantes en la mayoría de las instituciones sociales, la política y la economía.

Se cree que las relaciones patriarcales se desarrollaron a partir de la relación de hombres y mujeres con la naturaleza. Las relaciones de las mujeres con la naturaleza eran productivas, mientras que las de los hombres eran destructivas. Herramientas como lanzas, arcos y flechas, utilizadas por los hombres, se usaban únicamente para matar; las mujeres, a su vez, usaban palos para cavar para cultivar la tierra y cosechar.

Con el auge del patriarcado, el estatus social de las mujeres se subordinó al de los hombres: ni siquiera sus cuerpos les pertenecían, sino a ellos, quienes ejercían dominio sobre ellas. Esto implica una brecha de género en la que se subestiman las capacidades de las mujeres, estableciendo un sistema de control que coloca a más hombres que mujeres en puestos de poder, algo perfectamente visible en las estructuras de las instituciones que rigen nuestras vidas.

Según la autora alemana Maria Mies, el patriarcado nos permite “vincular nuestras luchas actuales a un pasado y, por lo tanto, también puede darnos esperanza de que habrá un futuro”, porque “si el patriarcado tuvo un comienzo específico en la historia, también tendrá un final”.

Dejando atrás la ideología patriarcal

Para dejar atrás el patriarcado, debemos cuestionarlo todo: nuestra forma de vivir, nuestra forma de hacer las cosas, el lenguaje que usamos y lo que valoramos en la sociedad. Al eliminar todos los pensamientos, opiniones y comportamientos problemáticos de nuestra mentalidad, tendremos más éxito en nuestra misión de abandonar el patriarcado que existe en todos nosotros.

Al permitirnos ser vistos con la misma crítica con la que vemos a los demás, podemos reconocer algunos de nuestros propios comportamientos que también reflejan sexismo y misoginia internalizados (ambos instrumentos del patriarcado). Ser conscientes de estos rasgos es necesario y allana el camino hacia un nuevo futuro.

Desafiando los roles de género

Los roles de género desempeñan un papel fundamental en las estructuras patriarcales, codificando las dinámicas de poder y sus normas. Estas normas, al ser violadas, conducen al ostracismo y a diversos tipos de ataques.

Cuestionar los roles de género apoyando a todas las personas que quieran romper con las cajas a las que se les ha obligado a pertenecer, y también respetando a quienes se sienten cómodos con los roles de género tradicionales, siempre y cuando no cumplan con su aspecto violento.

Centrarse en lo esencial

Si bien la ira puede impulsar algunos movimientos y campañas, no puede ser el centro de todas las acciones ni una consecuencia de esta lucha, sobre todo porque, de ser así, termina siendo dañina y destructiva. Lo importante es cambiar las mentalidades y las leyes. Para ello, el enfoque nunca puede centrarse en los sentimientos negativos que suscita la desigualdad.

Apoyando las carreras de mujeres, personas transgénero y no binarias

En el mundo capitalista en el que vivimos, apoyar los negocios y las carreras de mujeres, personas trans y no binarias consolida nuestro derecho a la subsistencia, lo que contribuye a la destrucción de la ideología patriarcal. Estas personas tienen dificultades para encontrar trabajo y financiación. Podemos y debemos apoyarlas comprando las empresas que dirigen, impulsando el crecimiento de sus plataformas y ofreciéndoles toda la ayuda posible.

Debemos promover alternativas a las estructuras de poder existentes, fomentando comunidades, lugares de trabajo y redes sociales diversas y empoderando un liderazgo más igualitario.

Fuentes: Kool Kanya y Dawn

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