Además de ser una de las bebidas más consumidas y apreciadas del mundo, el té también se considera una de las opciones más saludables. Con un menor contenido de cafeína en comparación con el café, es significativamente más saludable. Sin embargo, es la presencia de niveles considerables de antioxidantes en su composición lo que contribuye a su reputación como un potenciador de la salud.
Antioxidantes VERSUS radicales libres
Los antioxidantes son moléculas que ayudan a combatir los radicales libres, compuestos que causan daños a las células de nuestro cuerpo.
Las sustancias que generan radicales libres se encuentran en los alimentos que consumimos, los medicamentos que tomamos, el aire que respiramos y el agua que bebemos. Y si bien el cuerpo puede responder a niveles normales de radicales libres, lo cierto es que cuando hay demasiados, necesita el apoyo de antioxidantes.
La vida urbana ha generado una mayor cantidad de radicales libres de la que el cuerpo puede combatir. Por lo tanto, todos los alimentos ricos en antioxidantes son necesarios para compensar este déficit.
La belleza está en el té
Se cree que el té contiene más antioxidantes (flavonoides) que ciertas frutas y verduras. El té antioxidante tiene el potencial de contribuir a la prevención del cáncer, la pérdida de peso y el bienestar y la belleza general, que se manifiestan desde el interior.
Los flavonoides juegan un papel fundamental en el cuidado de las distintas capas de la piel, reduciendo los efectos negativos de la exposición a los rayos UV (manchas o inflamación) y favoreciendo la microcirculación, contribuyendo a su elasticidad.
El poder del jengibre y el hibisco
No es casualidad que al jengibre se le conozca como la "raíz milagrosa". Este alimento es una solución eficaz y ancestral para diversos problemas de salud, con propiedades medicinales conocidas desde hace miles de años.
Se ha demostrado que el jengibre tiene un efecto poderoso en nuestros riñones, aumentando la cantidad de antioxidantes presentes en ellos, ayudando a crear tejido renal más saludable.
Al aumentar la absorción y asimilación de nutrientes esenciales en el cuerpo, el jengibre fortalece significativamente nuestro sistema inmunitario. Además, gracias a sus potentes propiedades antioxidantes, promueve nuestros procesos naturales de curación.
El té de hibisco, a su vez, se considera uno de los más ricos en poderosos antioxidantes y, por lo tanto, puede ayudar a prevenir daños causados por la acumulación de radicales libres en el organismo.
Así, beber este té combate el envejecimiento prematuro, siendo además antiinflamatorio –combatiendo la inflamación celular- y rico en vitamina C, permitiendo una mayor síntesis de colágeno por parte del organismo, elemento fundamental para mantener la firmeza de la piel.