En una búsqueda constante de todo lo que nos embellece, con un enfoque tan natural como sostenible, surge una práctica que sigue el ciclo lunar y aprovecha la armonía de diferentes elementos para lograr un régimen de cuidado de la piel más eficaz. Esta técnica se denomina biodinámica, que significa "vida en movimiento y equilibrio", en referencia a una práctica agrícola completamente sostenible que se remonta a la década de 1920.
A medida que crece el mercado de productos naturales, las marcas de belleza con visión de futuro están comenzando a inclinarse por esta práctica, donde los estándares de agricultura biodinámica superan a los estándares orientados a prácticas puramente orgánicas.
¿En qué consiste y cuáles son sus beneficios?
No es de extrañar que hablemos de agricultura cuando el tema central es la belleza: la primera influye en la segunda, según los principios biodinámicos. La agricultura biodinámica, que permite la creación de ingredientes biodinámicos con fines cosméticos, se centra en la conexión entre el agricultor, el suelo, las plantas, los animales y el universo. Así, la tierra cultivada se considera un sistema cerrado (pero biodiverso), mientras que los elementos utilizados en el proceso de cultivo (semillas, etc.) se producen allí mismo, y las plantas se cultivan manualmente. Así, al sembrar y cosechar, los agricultores biodinámicos trabajan con los ritmos de la naturaleza, y el resultado son plantas fuertes, sanas y vitales.
Mientras que la agricultura orgánica implica cultivar alimentos sin pesticidas, herbicidas sintéticos ni productos químicos, y sin el uso de organismos genéticamente modificados, la agricultura biodinámica va un paso más allá. Esto se debe a que, mediante prácticas como el compostaje y la rotación de cultivos, la agricultura biodinámica crea un entorno rico en vitalidad, permitiendo que plantas y animales estén bien equipados para protegerse de enfermedades e insectos depredadores. De esta manera, las plantas se fortalecen, lo que puede traducirse en ingredientes activos más potentes, potencialmente beneficiando nuestra piel de forma más profunda.
La relación con la Luna
La fascinación por la belleza biodinámica está vinculada a algo más que sus ingredientes naturales y prácticas que respetan la naturaleza, ya que también se relaciona con las diferentes fases de la luna.
Este tipo de agricultura está intrínsecamente ligada al satélite de la Tierra, ya que los agricultores suelen utilizar un calendario especial para comprender las distintas fases de este planeta y cosechar sus cultivos en consecuencia.
Según la teoría biodinámica, así como la Luna influye en las mareas, también influye en el crecimiento de las plantas. Por lo tanto, el momento más fructífero para plantar y trasplantar y asegurar una vitalidad óptima es entre la Luna Nueva y la Luna Llena.
En un mundo moderno acelerado, nos hemos desconectado menos de los ritmos naturales de la Tierra, como el ciclo lunar. Quizás ahora sea el momento de anhelar de nuevo algunas de estas valiosas conexiones.
¿Es esta la mejor opción de belleza para el futuro?
Dado que la biodinámica no sólo es para uso humano, sino también para el bienestar de la Tierra, es muy posible que estemos ante una de las prácticas de belleza más beneficiosas, a todos los niveles.
Aún no existen estudios concluyentes sobre sus beneficios. Sin embargo, un estudio reciente reveló que los cultivos biodinámicos contienen mayores porcentajes de potasio, hierro y vitamina C, lo que podría estar asociado con beneficios más evidentes. No obstante, este tipo de ingredientes debe someterse a una rigurosa revisión para obtener la certificación biodinámica. Los productos de belleza biodinámicos están certificados principalmente por Demeter International , la mayor organización de certificación de productos biodinámicos.
¿Conclusión? Es muy posible que estas plantas contengan una mayor concentración de vitaminas y nutrientes, lo que podría representar ingredientes más nutritivos y saludables, capaces de realzar la belleza de nuestra piel. Una verdadera oportunidad para conectar con la naturaleza.