“Ninguna mujer se beneficia de no aprender o de aprender poco sobre su cuerpo”.
(Jen Gunter, La Biblia de la Vagina).
Comenzamos este artículo con algunas preguntas. ¿Alguien te ha mostrado cómo es tu cuerpo? ¿Alguien te ha enseñado la importancia de conocerlo y cómo funciona? Probablemente no.
Conocer tu cuerpo y cómo funciona, sin miedo ni prejuicios, te empoderará, como mujer, en el cuidado de tu salud y bienestar. Empecemos por preguntarte: ¿sabes la diferencia entre una vulva y una vagina?
La vulva corresponde al exterior, es decir, lo que toca tu ropa, y la vagina al interior (donde se insertan el pene o los dedos durante las relaciones sexuales y donde nace el bebé). Dato curioso: ¿sabías que "vagina" en latín significa "vaina"?
Al igual que en la mujer, la vulva cumple varias funciones (una auténtica multitarea ). Protege la abertura vaginal; es un órgano de placer sexual; controla la irritación causada por la orina y las heces; y permite el nacimiento de un bebé, regenerándose como si nada hubiera sucedido.
La vagina, a su vez, es un tubo que conecta la vulva con el cuello uterino, y está formada por una mucosa especializada, que es rugosa, por lo que algunas mujeres pueden percibir arrugas o “bultos” al introducir el dedo en la vagina.
¿Alguna vez te has examinado la vulva en el espejo? Lo cierto es que la mayoría de las mujeres no tienen la costumbre de hacerlo. Sin embargo, si nos miramos al espejo todos los días al salir de casa, ¿por qué no hacemos lo mismo con nuestros genitales (para poder identificar mejor cualquier anomalía, entre otras cosas)? Es una herramienta para comprender nuestro cuerpo y puede ser realmente útil.
También es importante que sepas que no existe una estética vulvar normal. Es decir, no existe un tamaño normal para los labios (mayores y menores), ni existe simetría.
Si observas tu vulva en el espejo, notarás que alrededor de los tres orificios (uretra, vagina y ano) hay una capa de músculos, llamada músculos del suelo pélvico, que se encuentra en la parte inferior de la pelvis, también llamada perineo.
Los músculos del suelo pélvico tienen las siguientes funciones:
- Cierre de los tres orificios (uretra, vagina y ano), manteniendo la continencia urinaria y fecal;
- Función sexual;
- Soporte de los órganos pélvicos y abdominales.
Es fundamental saber cómo contraer y relajar estos músculos para garantizar una buena salud pélvica. A continuación, encontrarás una breve explicación de cómo puedes hacerlo en casa. ¿Lo intentamos?
Paso 1: Colóquese en una posición cómoda con el espejo frente a su vulva (sentada o de pie con un pie sobre una silla o banco).
Paso 2: Inserta un dedo en tu vagina.
Paso 3: Ahora, aprieta el dedo, como si estuvieras cerrando las puertas de un ascensor.
Paso 4: Deberías sentir la presión y el levantamiento de tu dedo (cierra las puertas del ascensor y levántalo).
Paso 5: Relaja lentamente los músculos. Ya no deberías sentir la tensión del dedo y debería volver a bajar.
¿Lo logró?
Una nota final, pero muy importante: si sientes dolor al introducir el dedo en la vagina, o si no eres capaz de realizar este ejercicio, debes buscar un fisioterapeuta especializado en salud pélvica, para que se puedan encontrar soluciones que te lleven a una vida íntima y sexual más feliz y saludable.
Texto: Ana Sofia Pires, fisioterapeuta femenina, cofundadora del consultorio FisioDuasMãos y fundadora de la página @fisio_mulher_e_mae .