La Navidad es conocida por ser una de las épocas más bonitas del año, pero lo cierto es que estos días pueden traernos momentos de gran ansiedad, soledad e incluso tristeza. Y aunque la época familiar nos permite pasar momentos felices con nuestros seres queridos, lo cierto es que nadie quiere aguantar las preguntas molestas de su tía o primo sobre cuándo nos casaremos o tendremos hijos.
Si lo único que deseas esta Navidad es un poco de tranquilidad, aquí te damos algunos consejos sencillos para mantener tu mente tranquila y tu cuerpo en paz.
Priorizar el tiempo de calidad .
Haz una lista de todo lo que forma parte de tu rutina y que no es negociable; es decir, una lista de todo lo que mejora tu bienestar a diario. Si la meditación matutina es esencial para empezar bien el día, si leer otro capítulo de cierto libro es uno de tus objetivos, o si tener una hora fija para dormir es importante en tu rutina, cíñete a ellas.
Debido a que todos necesitamos tiempo a solas para recargar energías y encontrar paz, puede ser importante posponer ciertos planes para tomar un baño relajante, lo que puede marcar la diferencia a la hora de gestionar las emociones de la temporada.
Hay tantas tradiciones y planes que queremos implementar esta Navidad, pero ¿nos hacen felices todos? Haz una lista de tus principales objetivos para estas fiestas: pasar tiempo con familiares que rara vez ves, pasar tiempo de calidad con tus hijos, ayudar a los necesitados o cualquier otra meta que te haga sentir realizado. Durante las próximas semanas, ten tus objetivos presentes y permítete dejar ir todo aquello que no te ayude a alcanzarlos.
Haz lo mejor que puedas y repensa tus deseos .
Lo mejor de la Navidad es poder dar y recibir. Este gesto cobra mucha más importancia cuando no implica el materialismo que se expresa en ciertos regalos.
Dedica un poco más de tu tiempo y compañía a los demás y ayuda a quienes lo necesitan con algo que pueda marcar la diferencia en sus vidas. Si te sientes solo en esta época, busca otras maneras de ofrecer tu amor (pregunta a tus amigos si están bien, llama a tu mamá o pregunta a tus vecinos mayores si necesitan algo de ti).
Dar puede tener un enorme poder transformador en nuestras vidas, ya que desde el momento en que lo hacemos estamos completamente enfocados en lo que tenemos, en lugar de pensar demasiado en todo lo que no tenemos.
También es importante que la expectativa de que esta será la época mágica que conocemos no nos haga perder la razón y creer que todo sucederá exactamente como lo imaginamos. Quizás tus relaciones interpersonales no mejoren porque es Navidad; quizás tu lado más sentimental no mejore porque es el mes de todos los sentimientos de amor.
Disfruta de los pequeños momentos que son exclusivamente tuyos. Intentar conectar con el espíritu navideño cuando simplemente no lo sientes no es verdadera felicidad y puede hacerte sentir más triste o ansioso.
Disfruta los momentos genuinamente .
La mente y el cuerpo están inseparablemente unidos. Comer bien, siguiendo los principios de la alimentación consciente y saboreando cada ingrediente, es esencial. Eliminar las toxinas generadas por todas las sensaciones negativas que pueden invadir tu cuerpo también es esencial.
No te sientas culpable por disfrutar de las mejores delicias de la temporada. Habrá muchos caprichos esta temporada, así que intenta ser amable contigo mismo y evita sentirte como la peor persona del mundo por no poder resistirte a las tostadas francesas de tu abuela.
Aprende a disfrutar los momentos que te acercan a tus seres queridos. Cuando dejes de tener hambre, deja de comer. Escucha lo que tu cuerpo te dice, entiende lo que necesitas y añade ingredientes saludables a tu plato. ¿Te animas al reto?