El té tiene el poder de calentar los corazones en las noches frías, pero también tiene, en gran medida, poderes curativos (al menos gran parte de ellos).
Por eso (y porque nos importas), es mejor empezar a prevenir resfriados y gripes. Aquí tienes tres sugerencias de tés que te ayudarán a mantener tu sistema inmunitario sano.
Té de jengibre y limón
El té de jengibre y limón es fundamental en el tratamiento de los resfriados. Este té combina el poder de la vitamina C, presente en el limón, con las propiedades antiinflamatorias del jengibre (un aliado infalible para aliviar el dolor de garganta).
Ingredientes:
30 ml de agua caliente;
1 rodaja de jengibre;
1 limón exprimido.
Método de preparación:
Después de hervir el agua, añade la rodaja de jengibre y déjala reposar unos cinco minutos. Añade el limón exprimido y endulza con miel.
Té de vinagre de sidra de manzana y miel
La acidez y el poder depurativo del vinagre le confieren una fuerte capacidad para eliminar las bacterias que pueden causar dolor de garganta, convirtiéndolo en el cómplice perfecto para eliminar los síntomas de la gripe.
Ingredientes:
30 ml de agua caliente;
1 cucharada de postre de vinagre de sidra de manzana,
1 cucharadita de miel.
Método de preparación:
Simplemente mezcle todos los ingredientes hasta que se disuelvan por completo. Tómelo dos veces al día, después de las comidas.
Té de cáscara de cebolla
El té de cáscara de cebolla es un aliado perfecto para combatir la tos y el dolor de garganta. En lugar de tirar las cáscaras sobrantes al preparar una comida, puedes reutilizar esta parte de la cebolla, que ofrece tantos beneficios, como su alto valor nutricional, su poder antiinflamatorio y sus propiedades antivirales.
Ingredientes:
30 ml de agua caliente;
1 cebolla;
Miel al gusto.
Método de preparación:
Hierve cáscaras de cebolla y déjalas reposar cinco minutos. Luego, quítales la cáscara y endúlzalas con miel. Bébelo dos o tres veces al día.