Sonreír: un antidepresivo natural

Hay sonrisas de todo tipo: alegres, felices, tristes, irónicas, tímidas, traviesas, sarcásticas. Pero hoy celebramos esa sonrisa que solo una mirada confirma que viene del corazón. ¡Hoy celebramos esa sonrisa que ilumina el alma de quien la ve! Ese gesto de los labios que expresa lo que pasa por dentro y que rara vez engaña porque los ojos no lo dejan, y el brillo que los rodea tampoco. Ese rayo de luz que no elige raza, género ni religión. Sin embargo, no siempre logramos sonreír porque, ahí está, es la manifestación del alma. Y lo hacemos, forzados, tan a menudo. Pero es bueno y se siente tan bien, tanto cuando somos nosotros quienes sonreímos como cuando recibimos una sonrisa abierta de alguien más.

Pero ¿cómo sonreír cuando la tristeza supera la alegría? Te lo explicamos: expertos en lenguaje corporal y sus efectos en el cerebro, como Amy Cuddy, han descubierto que sonreír, incluso cuando estamos muy tristes, ayuda a reducir la espiral descendente de la tristeza. Esto se debe a que se ha descubierto que el inconsciente también comprende el lenguaje corporal (a través de las neuronas motoras) y acentúa las emociones o sensaciones según nuestra postura. Por ejemplo, cuando estamos tristes, tendemos a retraernos, agachar la cabeza y los brazos, y arquear la columna. Estas posturas nos empujan aún más hacia la espiral descendente. Necesitamos superar esta dificultad y sonreír tanto externa como internamente, haciendo lo contrario, como sugerimos en los siguientes consejos:

1. Si estás caminando: levanta la cabeza, levanta la barbilla (lo más alto que puedas) y sonríe, aunque sea forzado; camina así todo el tiempo que puedas;

2. Si estás sentado: Levanta la cabeza, levanta la barbilla (lo más alto posible) y sonríe, aunque no tengas ganas. Coloca las manos detrás de la cabeza y levanta las piernas, ya sea en otra silla o sobre una mesa. Mantén esta postura el mayor tiempo posible y te sientas cómodo.

3. Cierra los ojos durante unos minutos. Respira profundamente varias veces y exhala lentamente. Luego imagina que tu cerebro, por dentro, sonríe, al igual que tu corazón, pulmones, hígado, estómago, etc. Además, dibuja una sonrisa en tu rostro. Abre los ojos lentamente. Mientras mantienes estas posturas, intenta recordar, de forma similar, algo o alguien que te haga feliz. ¡Siente esta alegría en tu corazón, deja que te invada!

Hoy, además de ser imprescindible probar estos pequeños consejos, ¡también es imprescindible sonreír! ¿Sabes por qué? Porque tu sonrisa puede que no valga mucho para el mundo, pero sin duda significa muchísimo para alguien. Para nosotros, eres el mundo, ¡y eres lo mejor que podría haber!


Vanda do Nascimento es terapeuta, coach e instructora de mindfulness en la Escola de Mindfulness Essencial , fundada por ella en 2016. Comenzó su carrera como docente en 1997, graduándose en Pedagogía. Por esa misma época, también comenzó a estudiar Reiki, Meditación y Mindfulness. Posteriormente, estudió psicología y profundizó en el mindfulness para continuar su lucha por controlar el estrés y la ansiedad.

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